La muerte trabajando (C)

Este proyecto parte del vínculo existente entre rostro, identidad, memoria y muerte. La obra está formada por un conjunto de retratos audiovisuales donde observamos el rostro de una persona mirándose a sí misma en el espejo, reconociéndose en su rostro. En cada vídeo la persona realiza la acción introspectiva de repasar diferentes momentos de su vida. De este modo, al tiempo que se identifica en los rasgos de su rostro, reconstruye también su identidad a través de la memoria. Estas imágenes mentales del tiempo pasado traídas al presente provocan un choque, y una conciencia mayor del paso del tiempo. El proyecto busca centrar su atención, y evocar, esas imágenes escondidas del recuerdo. La imagen del rostro distorsionado que observamos crea un paralelismo con la imagen distorsionada que la memoria ofrece de uno mismo, al tiempo que subraya también la idea de una pintura en movimiento. La proyección sobre papel suspendido en el aire opera en esta misma línea pictórica, otorgándole también una mayor fragilidad y levedad a la imagen: dotándolo de una presencia espectral. Los rostros flotantes (que pueden variar en número) se distribuyen por la sala oscura en cierto desorden, provocando que el espectador se mezcle entre ellos.