Morir en Jerusalén

El 29 de marzo del 2002, Ayat, una chica palestina de 17 años, entra en un establecimiento, haciendo explosión la bomba que llevaba encima, acabando con su vida y matando en el acto a Rachel, una israelita de 17 años que había ido a comprar. Desde entonces, las familias de ambas, y en especial las madres, tratan de comprender y asimilar lo sucedido. Tiempo más tarde, la madre de Rachel decide conocer a la madre de Ayat.