Carne y arena (C)

El peculiar cortometraje "Carne y arena (virtualmente presente, físicamente invisible)" es una instalación de realidad virtual presentada en estreno mundial durante el Festival de Cannes 2017. Basadas en recuentos reales, en relatos verdaderos, las líneas superficiales entre sujeto y espectador se disuelven y amarran al mismo tiempo, permitiendo que cada individuo camine en un espacio vasto y viva plenamente un fragmento de las travesías personales de los refugiados. Es una experiencia individual de seis minutos y medio que reúne a los frecuentes colaboradores Alejandro G. Iñárritu, cuatro veces ganador del Oscar, y al cinematógrafo Emmanuel Lubezki, tres veces ganador del premio de la Academia a la mejor fotografía. “Durante los pasados cuatro años en que este proyecto ha estado creciendo en mi mente, tuve el privilegio de conocer y entrevistar a muchos refugiados mexicanos y centroamericanos. Sus historias de vida me impactaron, así que invité a algunos de ellos a colaborar conmigo en el proyecto”, dijo Iñárritu. “Mi intención era experimentar con la tecnología de realidad virtual para explorar la condición humana en un intento por romper con la dictadura del encuadre, dentro del cual, las cosas sólo son observadas y reclamar el espacio para permitirle así al visitante una experiencia directa, caminando en los pies del inmigrante, por debajo de su piel, y dentro de su corazón”. Iñárritu convierte el intercambio entre visión y experiencia en un proceso de osmosis en el que la dualidad entre el cuerpo orgánico y el cuerpo artificial se disuelve. Surge entonces una fusión de identidades: una unidad psicofísica en la cual, al cruzar el umbral virtual, el humano se pierde en lo imaginario, y viceversa. Es una revolución de la comunicación en la cual el ver se transforma en sentir y en una interacción física con el cine: una transición de la pantalla a la mirada humana con una inmersión total de los sentidos.