Matar al Nani
Santiago Corella, "El Nani" es ya un nombre mitificado por el público. Lleva el sello inconfundible de los marginados, de los perdedores, de los que juegan con cartas marcadas por sus enemigos. Él cree que domina su vida. Pero la vida de Nani está ya previamente decidida por otros. Al final del gobierno de la Unión de Centro Democrático, algunos policías, al mando del comisario Manuel Soto, con la colaboración del joyero Molero, montan un grupo de atracadores que roban joyerías con total impunidad para ellos. Tras el triunfo en las elecciones de 1982 del Partido Socialista, el nuevo Ministro del Interior dice que no pueden seguir cometiéndose robos a joyerías sin encontrar a los ladrones ni recuperar el botín. Mientras los demás desaparecen, Santiago Corella, el Nani y su compañero Teo, cargan con las responsabilidades y mueren durante un interrogatorio en la Dirección General de Seguridad, hecho nunca admitido por las autoridades. La mujer de El Nani, Lola y su hijo pequeño, nunca recibieron una explicación por la desaparición. La historia de El Nani, un delincuente juvenil de los años de la transición, cuya desaparición en una comisaria tras un interrogatorio aún no ha sido aclarada, es llevada a la pantalla por Roberto Bodegas, poniendo el acento en la denuncia de la brutalidad policial y especulando con el desenlace de la historia. Una historia que mezcla denuncia política y crónica social de una época.