La fiesta y los invitados

Jan Nemec lleva a cabo una crítica contra el conformismo, la política de masas, el cuestionamiento de la libertad del individuo y las relaciones de patronazgo-clientela en un film que trata de explicar de modo alegórico cómo fue posible la implantación del comunismo en Checoslovaquia. Su carácter subversivo fue la causa de que fuera prohibida hasta la Revolución de Terciopelo de 1989. Fue un poderoso acicate durante las movilizaciones de la Primavera de Praga en 1968.