Sebastienne (C)
Sebastienne trabaja como conservador de patrimonio en el Palacio de la Aljafería (Zaragoza). La llegada de un misterioso grabado sobre el Martirio de San Sebastián a su nombre lo transporta a un estado onírico de ensoñaciones muy cercanas a la realidad. Desde allí empieza a recrear de una manera muy particular episodios de la vida del viejo mártir gracias a los cuales lucha por dirimir su identidad sexual invadida por un devastador sentimiento de culpa. Esta situación hará despertar el espíritu de los viejos inquisidores del Palacio haciendo renacer los invencibles designios del poder y la moral única hasta su aniquilación. Al final Sebastienne logra deshacerse de esta pesadilla para acabar descubriendo que todo lo soñado resultaba más real de lo que parecía.