Los hongos
Cada noche después del trabajo, Roberto pinta grafitis en distintos muros de su barrio al oriente de Cali. Durante el día es obrero de construcción y el hijo de Maria, una dulce mulata que emigró a la ciudad proveniente de la selva del pacífico. Roberto no ha vuelto a dormir y está empezando a soñar despierto. María sufre por esto pues piensa que alguien lo ha embrujado y el chico terminará en la locura. Un día Roberto pierde su trabajo por robar varios tarros de pintura con los que venía haciendo un gran mural en el lote contiguo a su casa. Sus vecinos están cansados de sus imágenes, piensan que está promoviendo malos modales y el desjuicio. Sin un peso para ayudar a su madre, atraviesa la ciudad en busca de Eduardo, otro jóven grafitero estudiante de bellas artes, que por esos días vive unos días difíciles tras la desintegración de su familia y el cáncer que padece su abuela. Los jóvenes irán sin rumbo fijo por la ciudad, y como dos hongos contaminarán su entorno, esta vez de inmensa libertad.