La última ambulancia en Sofía

Sofía, una noche cualquiera. Una cámara viaja pegada al salpicadero de la única ambulancia con unidad de reanimación -de las escasas trece que hay para la ciudad entera-, en primer término los rostros de quien en ella trabajan. Ilian Metev traza los sucesos y conversaciones que allí ocurren con un singular humor cubierto de un halo de perplejidad. Con los pacientes fuera de campo, apenas unas voces quejumbrosas de cómico patetismo, los médicos y conductor capean el temporal -del turno de 48 horas y de la vida misma- como pueden, contando de memoria los baches de las accidentadas calles, perdiéndose en busca de la casa a auxiliar, recogiendo fruta de un árbol. La belleza, la precariedad, la risa y la paradoja reinan en la última ambulancia de la capital búlgara.