Palabras verdaderas
¿Cómo retratar a un personaje público, tan conocido como querido por multitudes de lectores de todas las edades y todos los países de habla hispana? ¿Por qué Mario Benedetti es recitado hasta por sus adversarios? ¿Qué tiene este hombre tan modesto, típico uruguayo si los hay, capaz de representar a tantas almas a lo largo y ancho de América Latina y España? Si recordamos al Ciudadano Kane vemos que detrás de todo hombre hay un "Rosebud", un enigma a descubrir que generalmente no descubriremos nunca. Las preguntas son muchas y un documental permite indagar, buscar en una vida y en una obra muchas cosas. Los motivos que generan una personalidad tan exitosa y los problemas que esa fama genera, no siempre son buscados por el personaje, muchas veces son impuestos por la fuerza de los hechos, por una realidad que a todos nos invade. PALABRAS VERDADERAS busca en esa vida y, sobre todo en la obra poética, las claves de un montevideano ilustre, de un hombre que le ha tocado vivir varios exilios y recibir los premios que este mundo puede dar. Pero sobre todas las cosas el cariño de un público incondicional, masivo y fiel que lo sigue a todos lados y lo mima cada día con su aplauso y con su lectura. El poeta más leído de habla hispana, según Manuel Vázquez Montalban, sin dignidad autoral según Jose Saramago, pero sobreviviente de una generación que conoció el infierno y supo ganar espacios, en la dignidad y la firmeza de principios muy caros al ser montevideano, al ser del mundo, ese hombre de a pie que sale cada día a buscar las respuestas nunca explicadas. Una infancia triste, una juventud llena de trabajos y lecturas, una madurez de compromisos y exilios marcaron a Benedetti y su obra testimonia la historia, esa que sólo los artistas pueden contar. Y el documental lo sigue, casi sin hacerse notar, recogiendo pedazos de una historia larga y cargada de momentos que a todos los conmovieron y seguramente nos seguirán conmoviendo. Y una mención a las lecturas de Miguel Angel Solá que saben interpretar esa cotideaneidad tan cara para Benedetti y sus lectores, a la vez sabia como la historia.