Gramigna
Luigi es un joven cuyo padre lleva toda la su vida en la cárcel. Hijo de un boss de la camorra condenado a cadena perpetua, Luigi hubiera querido crecer junto a su padre y no llevar su apellido como una condena. Porque todos en Nápoles saben de quien es hijo. Criado por una abuela y una madre amorosas que cierran los ojos ante las actividades ilícitas de la familia, el chico oscila entre el bien y el mal, entre voraces padrinos y padres putativos, en constante búsqueda de una referencia de alguien, de algo. Apoyado y alentado por su profesor de educación física, Luigi trata de hacer frente a una vida fuera de las normas, a compañeros caídos por disparos de pistola, a la violencia de su tío, a las redadas policiales y al padre ausente que lo quiere fuera de problemas, él, que ha creado de los problema su razón de vida.