Barrio modelo
Silvia visita Moscú a fines de los 60, con el régimen soviético en su esplendor. Allí conoce los complejos de diseño estructuralista pensados para albergar a las familias obreras. Al volver a Buenos Aires, descubre que en los edificios que construye la cooperativa El Hogar Obrero anida el mismo espíritu colectivista. Abrazando el ideal del socialismo, Silvia abandona todo, incluso esposo e hijos, para mudarse a uno de estos departamentos y escribir una novela en la que proyecta retratar a sus más de 200 propietarios. Poco después viaja a Italia y su rastro se pierde para siempre. Medio siglo más tarde, una sobrina encuentra sus manuscritos y decide concretar desde el cine lo que quedó inconcluso en la literatura. Combinando material de archivo con escenas de los actuales habitantes.