Testigos silenciosos

Con el fin de permitir que otra sirvienta pueda ir a casa para estar con sus hijos, Nastya se compromete a servir en su lugar, como empleada doméstica en la casa en la que el abuelo de Nastya es portero. Poco después, la dueña de la casa se va de viaje, dejando a su hijo Pavel en casa. Pavel está comprometido con Elena, pero Elena coquetea abiertamente con otros hombres. Nastya y los criados se dan cuenta rápidamente de que Elena está empezando a tener una aventura romántica con el Barón von Rehren. Esto pone a la servidumbre, y sobre todo a la sensible Nastya, en una situación tremendamente incómoda...