Testigo ocular
James Rhodes, investigador del Gobierno Norteamericano, llega a Tijuana (México) para comprobar los problemas entre los propietarios americanos de una factoría y sus trabajadores. Rhodes cree que han contratado matones para amenazar a los obreros. La representante del Departamento de Comercio de Estados Unidos, Emily Thompson, asegura que no hay nada turbio en el asunto. Pero Rhodes piensa que ella está ocultando las maniobras nada legales del vicecónsul Douglas Draper.
Pronto Rhodes descubre que se han encontrado los cadáveres de 27 trabajadores junto a la frontera. La policía opina que se trata de una cuestión de drogas, pero él no está de acuerdo: los fallecidos son todos de un pueblo en las montañas, y parece que Draper está detrás de todo el asunto. Su investigación desata una espiral de suspense y violencia, con un misterio que fácilmente podría culminar con varios asesinatos...incluido el suyo.