Ciao Bella

Mustafá está loco por ligar pero recibe calabaza tras calabaza y es que las chicas lo encuentran irresistible como amigo pero nulo como novio. Una idea empieza a rondar por su cabeza: quizá es demasiado legal, demasiado manso para ellas, que por lo que se ve buscan a un prototipo de hombre que a la par que estiloso y elegante sea varonil, ardiente, arrojado y seductor. Pues ya está: un italiano. Dicho y hecho, Mustafá es Mustafá en su casa, el resto del tiempo es Massimo, el "macarroni" que las derrite. Y entonces llega la chica de su vida. Se llama Linnea y está enamorada de... Massimo.