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Dos hombres se enzarzan apasionadamente en un jugueteo sexual en una habitación cuando un ingeniero de sonido aparece de repente, sin que nadie lo note. Está en el proceso de captar sonidos para una colección muy específica. Aunque cada uno de los veinticuatro lugares que visita es diferente a los demás, comparten una cosa: en la mayoría, hay gente trabajando, cantando, hablando. Los rastros de la civilización que expresan emociones que van desde la alegría y la emoción hasta la tristeza y el arrepentimiento mezclan el mundo de los vivos con el de los objetos inanimados. ¿Por qué recopila esta colección de sonidos? Incluso sin él, la gente continuaría viviendo hoy de la misma forma que ayer. Sin embargo, las acciones de este hombre recogen un pequeño fragmento de su vida en los miles de años de civilización. Por otro lado, nuestro presente es la suma del talentoso legado de muchos de esos contribuyentes anónimos del pasado.