El facilitador
Miguel, un exitoso hombre de negocios, pide a su joven hija Elena que regrese al Ecuador para que le acompañe a enfrentar su grave enfermedad. La relación entre Miguel y Elena es fría, lejana, tensa, contrario a lo que esperaba Miguel. Los días de Elena transcurren entre el alcohol y las drogas por lo que Miguel, para alejarla del ambiente citadino, le pide que vaya por un tiempo a la hacienda de su abuelo. Elena se reencuentra con Galo, compañero de juegos infantiles, quien trabaja con las comunidades indígenas cercanas a la hacienda; él invita a Elena a una minga en el páramo para la limpieza del canal de riego. A la joven le impacta la vida de los indígenas y la belleza de los páramos; pronto se involucra en las labores campesinas y en la organización de la comunidad para la lucha por el acceso al agua. Con la ayuda de la medicina ancestral, las terribles pesadillas que ha sufrido desde niña revelan indicios tras la misteriosa muerte de su madre. Invadida por la necesidad de entender el pasado, Elena emprende una investigación que poco a poco le lleva a descubrir los turbios negocios de su padre, su falta de escrúpulos para conseguir sus objetivos y la corrupción política imperante.