Una nueva y gloriosa nación

Julián Ajuria fue uno de los productores pioneros del cine argentino. Hacia mediados de los años 20, con gran éxito en el negocio de la distribución y ya propietario de varias salas, Ajuria se empecina en realizar un film histórico con los más altos valores de producción de la época. Busca financiación en las productoras norteamericanas y al no conseguirla, la hace con capital propio. Así, su proyecto se convierte en el primer filme de Hollywood producido completamente con capitales argentinos. La historia narraba los acontecimientos que motivaron la Revolución de 1810 y la gesta de Manuel Belgrano, desde la creación de bandera hasta su lucha contra los españoles en las batallas de Salta y Tucumán. Estos hechos acompañan una singular historia de amor entre Belgrano y una tal Mónica Salazar, hija de un general español que servía de espía para los patriotas y que, al ser descubierta, es condenada a la guillotina. Es considerado el primer gran filme argentino, teniendo en cuenta las limitaciones técnicas y presupuestarias de sus antecesoras. Su título se basa en una de las estrofas (posteriormente recortada) del Himno Nacional Argentino original: "Se levanta a la faz de la Tierra / Una nueva y gloriosa Nación / Coronada su sien de laureles / Y a sus plantas rendido un león".